En los últimos tiempos, el Gobierno se empeña en convencernos de que hemos superado la crisis económica. Para ello, esgrime unas estadísticas globales de creación de empleo con las que persigue hacernos saber que su política, en materia laboral, es la acertada.

Pero las estadísticas las “carga el diablo”. La Estadística es una herramienta, que no una Ciencia, mediante la cual quieren convencernos que nos hemos comido medio pollo si a dos personas nos han servido un pollo entero. Pero esto no es cierto ya que en el análisis estadístico no se han tenido en cuenta otros datos fundamentales para lograr una acertada conclusión. Y este es el caso de la creación de empleo en España.

Verán, antes de la crisis, en 2007, nuestro PIB crecía a una media anual del 3%, semejante a la actual, pero:

- la mayoría de los salarios estaban ligados a convenios colectivos, por lo que se revalorizaban en base al IPC y no perdía poder adquisitivo significativo. Ahora, la Reforma Laboral ha liberalizado el mercado de trabajo y no existe apenas regulación salarial.

- en 2007 vivíamos en una “burbuja” económica ligada al sector de la construcción que era irreal pero que aportaba capacidad productiva al país. Ahora, el empleo que creamos está centrado en el sector servicios, muy dependiente de un turismo cambiante y de escaso valor productivo.

- en 2007 el salario medio superaba los 1500 euros, mientras que ahora apenas llega a los 1200 euros. La subida del precio de las cosas y la falta de regulación laboral da lugar a una pérdida de poder adquisitivo real.

- en 2007 había más de 17 millones de cotizantes a la Seguridad Social y cada cotizante soportaba una media de 2 pensionistas. Ahora no hemos alcanzado esa cifra de cotizantes y cada trabajador apenas puede cubrir a 1,5 pensionistas.

Con un mayor número de pensionistas y unos salarios más bajos que en 2007, es virtualmente imposible seguir pagando las pensiones públicas en base al mercado de trabajo. Por eso el Gobierno se empeña en llegar a los 20 millones de cotizantes, aunque sea en base a trabajos precarios y mal remunerados, porque es la única manera de mitigar la debacle (política y social), aunque sea por tiempo limitado.

Así, pues, con datos estadísticos basados unicamente en la creación del empleo actual y en una cifra global de cotizantes no es posible sacar la conclusión de que España está en la misma situación económica que antes de la crisis.